La disminución de las capacidades cognitivas, físicas y modificaciones del aspecto social influyen de manera significativa en los adultos mayores pudiendo generar ansiedad y depresión, más aún si consideramos las consecuencias psicológicas que viene generando la pandemia COVID-19. Las modificaciones biopsicosociales en este grupo etario también se relacionan con la disminución de la realización de actividades de la vida diaria, ya sean básicas o instrumentales. Esto se traduce niveles de dependencia alterando la capacidad funcional y haciéndolos más vulnerables. El nivel de depresión puede encontrarse asociado a la capacidad funcional.